Esta vez el taller iba dirigido a los más mayores.
Y pedíamos dos premisas: que tuvieran paciencia y les gustara dibujar, y es que el arte del Zentangle, necesita de éstas para poder ser llevado a cabo.
Os preguntaréis en qué consiste esta técnica, pues bien, consiste en hacer un dibujo abstracto con patrones repetitivos.
Primero repetíamos unos ya dados y después a ver quien era capaz de inventarse uno superchulo.
Poco a poco íbamos viendo que era muy divertido imaginar que hacerle a nuestro patrón y que además luego nos serviría para usarlos de relleno en un gracioso pajarito que teníamos preparado.
El resultado final, como veis, es muy bonito y parece dificil a simple vista, pero los peques os podrán decir que no era tan difícil como parecía.
Ya teníamos mas o menos dominada la técnica, así que íbamos a intentarlo con un dibujo más grande y que requería de algunos adornos y detalles: un pez en medio del océano al que le tendríamos que decorar plantas y algas en su entorno empleando por supuesto el arte del Zentangle.
Así de concentradas estaban estas chicas en sus dibujos.
Para compensar el esfuerzo: un zumito y un bizcocho bien rico.
Al final hemos dado un truco para que estos dibujos queden más bonitos si cabe y se puedan regalar como láminas de auténticos artistas: usar un rotulador de punta fina para que quede así de chulo.
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