Taller: "Máscaras Africanas"


Como todos los años, en la Libroteca también celebramos el Carnaval, y contábamos con un libro estupendo en el que un montón de niños se disfrazaban en su colegio.
Un libro perfecto para explicar este tema y con un PVP de 5.95€.


Los peques nos han contado de qué se habían disfrazado y las formas tan originales que tenían de hacerlo, pues en algunos Centros es ya costumbre que cada día de la semana se tenga que cumplir un requisito para acudir: como ir en pijama, llevar algo rojo, un sombrero...
Una idea que les encanta a los peques y no tan peques, porque adoptan diferentes roles.

En esta ocasión, hemos ido un poco más allá.
Tanto que hemos llegado a África.
Hemos hablado de las personas que viven allí y sobre todo de las máscaras.


Sí que es verdad que en casi todas las partes del mundo podemos encontrar máscaras representativas del país y que utilizaban hace muuuucho tiempo en Grecia, Roma... para representar obras teatrales.
Se hacían con corteza de árbol, con madera... así que como lo más parecido que teníamos era el cartón y como hay que aprender a reciclar, nuestras máscaras africanas iban a ser de cartón reciclado.

Lo primero de todo, como teníamos niños desde los 4 años hasta los 11, había que adaptar cada máscara.
Todas contaban ya con las aberturas de los ojos y las de los más pequeños con los detalles propios de estas máscaras de África (como podéis observar en la foto de arriba).

Los que tenían 7 años tenían unas máscaras con menos detalles, por lo que ellos tendrían añadir más con rotulador.


Y por último, los de 11 años tenían la máscara sin un solo detalle. Con ayuda de alguna fotografía tendrían que crear su propia máscara africana, añadiendo detalles en la parte de la cabeza, en el contorno de los ojos, hacerle los labios...


Siempre adaptamos los talleres a cada edad, para que tengan algo de dificultad y tengan que echar mano de la imaginación.

¡Pues manos a la obra!

El siguiente paso era darle color a nuestra máscara.
Los mayores contaban con un poco más de libertad, ya que podían jugar con las mezclas de colores, y obtener así el naranja, el marrón o el rosa.


Y para los pequeños la única pauta que había era intentar no salirse de los espacios marcados, pudiendo utilizar cualquier color para decorar cada uno a su gusto su propia máscara.


Una vez seca, le dimos la vuelta y le pegamos trocitos de plástico rojo haciendo el efecto del pelo.
Y aquí los mayores contaban con trocitos de foam con el que poder darle algo de relieve a la máscara para que diera un poco de miedo.


El almuerzo antes de terminar el taller y como siempre, la foto de grupo (algún niño no quiso enseñarnos su máscara para la foto, así que puede ser que lo echéis en falta :)











Libroteca El Gato de Cheshire

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